domingo, 25 de abril de 2010

http://rs563.rapidshare.com/files/364326774/Maria_Teresa_Serafini-COMO_SE_ESCRIBE.pdf

Es un texto enviado por un estudiante, el cual ayuda a mejorar estas herramientas de lecto escritura.
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sábado, 3 de abril de 2010

Para aprender a leer y escribir, se debe tener en cuenta las partes que componen un texto, en esta ocasion hablare acerca de la frase y la oración.
LA FRASE

Una frase es un conjunto de dos o más palabras. A diferencia de la oración, la frase no siempre expresa una idea completa. Hay frases universales, que usamos todos, como buenos días, sin embargo, sobre todo, más o menos, ciento por ciento, hasta la vista...Y hay frases características de determinados grupos, que terminan por definir estilos y formas particulares de expresión.

Hay frases para todo, para saludar, para felicitar, para insultar, para disculparse, para despedirse...En fin, nos comunicamos más que nada con frases hechas, muchas de las cuales se vuelven clásicas y terminan
siendo auténtico patrimonio cultural del idioma.

Para escribir se recomienda el uso de frases cortas y correctas
.

Frase corta

La tendencia a usas frases largas al escribir es muy frecuente. Lo que en el lenguaje oral informal se expresa con una o dos palabras, en el escrito suele expresarse con cuatro o cinco. Se entiende que sea así, porque en el trance de escribir se busca una expresión más formal, que aveces llega a la solemnidad. Se entiende, pero no se justifica. Hoy se requieren mensajes breves, directos. Por eso, las frases deben ser cortas, siempre que el mensaje quede a salvo en su significado exacto.

A continuación se dan ejemplos de frases largas habituales para decir lo mismo con menos palabras:


Las palabras que tiene asteriscos (*), aparte de ser inconvenientes por largas, son gramaticalmente incorrectas, de donde la opción corta se convierte en su inevitable alternativa.

La oración

La oración es la expresión de una idea completa. Puede ser una simple palabra: ¡Renuncio!; una frase: prefiero un café con leche, o varias frases debidamente conectadas: Durante los últimos días del año pasado, Juanita Pérez completó las páginas que le faltaban a su primera novela, en la que venía trabajando con intensidad hacía tres años.

Cuando le hablo de idea (oración es la expresión de una idea completa), no me refiero a planteamientos filosoficos ni a conceptos científicos. Le hablo de idea en el sentido más amplio de la palabra. Idea es cualquier cosa que usted quiera comunicar.

Oración corta

Cualquiera que sea el tipo de texto que usted redacta, conviene que la oración sea corta y que siga ciertas normas de construcción lógica. Así logrará un texto claro y de fácil lectura.

En mi experiencia como asesor de redacción de empresas, me he encontrado con todo tipo de textos, en lo que, por lo general, las oraciones son más largas de lo deseable. Fácilmente se encuentran oraciones de cuarenta o cincuenta palabras cuando se trata de cartas, pero se pueden descubrir oraciones de cien o ciento cincuenta palabra. por ejemplo, las resoluciones, decretos o leyes.

Estas oraciones gigantescas casi siempre están buen redactadas, bien construidas, sin errores de concordancia, ni de puntuación. Aunque hay excepciones. Sin embargo, tanta perfercción sirve de poco, pues se trata de textos poco o nada comprensibles para su potencial lector. Y ahí esta el problema. La redacción debe ser clara para quien lee. De poco sirve que lo sea para quien escribe, salvo que se trate de un diario intimo o de fórmulas secretas expresamente codificadas de forma incomprensible para curiosos indeseables.

Cuando lo que se escribe se dirige a comunicar a uno o varios lectores con una o varias ideas, el camino es la redacción clara, con oraciones cortas. Desde luego, no le puedo dar una medida única y precisa, pero un buen promedio de palabras por oración es dieciocho o está alrededor de esta cifra.

Tenga en cuenta que en su texto debe acomodarse a las posibilidades del lector. Escriba oraciones muy cortas si su texto está dirigido al público infantil o menos letrado, y de dieciocho palabras en promedio, si está dirigido a adultos más o menos cultos. Sólo lectores que sobrepasan el nivel cultural estándar estarán en capacidad de entender un texto con oraciones más largas, con promedios de veinticinco o treinta palabras ,pero en ningún caso se permita oraciones de cien o más palabras.

Cómo hacerlo

En la práctica, la primera reacción de muchas personas a quienes les he sugerido escribir oraciones cortas ha sido la de advertirme que todo lo que dicen en su texto es importante, por lo que resulta imposible reducir su extensión. Una vez que les he oído sus aprensiones, paso a mostrarles que escribir con oraciones cortas no sólo permite decir todo lo que hay que decir, sino que en la mayoría de los casos el nuevo texto resulta algo más extenso que el primero.

Escribir oraciones cortas sirve para que el texto sea más legible y, en consecuencia, el mensaje más claro para el lector, pero exige que allí donde había un solo verbo, un solo núcleo, pase a haber dos o tres núcleos para dos o tres oraciones que, casi siempre. terminarán sumando más palabras que las de la versión original.

Mida la claridad de su texto

Algunos manuales de redacción de negocios ofrecen una fórmula para medira la dificultad de lectura, que llaman índice de nebulosidad. Pues bien, para establecer el índice de nebulosidad, cuente el número de palabras del texto y divídalo entre el número de oraciones. Ahí obtiene el resultado A. Luego, cuente las palabras largas, de las que debe excluir nombre propios, y multipliquelo por 100. Esa operación le da el resultado B. Enseguida, sume A y B y multiplíquelo por 0,4. Ese cálculo le da el índice de nebulosidad.

El índice de nebulosidad idea es 10. Esa es la medida precisa para que el texto sea fácilmente leído y entendido por personas de cultura media. Un índice de nebulosidad inferior convendría quizá a un texto para niños, pero si su real o posible lector es adulto, le recomiendo no bajar de ahí, pues ese lector se podría sentir subvalorado con una redacción demasiado elemental.

Y un índice de nebulosidad mayor tampoco es conveniente, sobre todo si usted ve que se aleja definitivamente de la cifra ideal de 10. Me he encontrado con piezas magistrales, perfectamente bien construidas, que tienen índice de nebulosidad de 35 y más. El texto es formalmente perfecto, pero exige del lector un esfuerzo desmedido e inusual, con lo que despierta en él animadversión hacia sus palabras y hacia sus ideas, en vez de atraerlo como seguramente es su intención.

Uno de los facrtores que determinan el índice de nebulosidad es el número de palabras largas. No puede establecerse la longitud por el número de sílabas, pues hay palabras como área que tiene tres sílabas. Por eso, la medida para palabra larga, la vamos a establecer a partir del número de grupos vocalicos, como seminario, realineación,coleóptero, que tienen cuatro, cinco y hasta seis grupos vocalicos. No vamos a separar vocales unidas, aunque estas constituyan sílabas distintas.

Al sumar el núemro de palabras largas no se deben tener en cuenta los nombres propios, por mas largos que estos sean e independientemente de que se trate de nombres y/o apellidos de personas. No se trata de no usa ninguna palabra larga, sino de disminuir su frecuencia y evitar su uso cuando sean innecesarias.

Esquema Quien + Verbo + Qué + A Quién

Para elaborar oraciones cortas, hay que organizar las oraciones con los esquemas Quién+Verbo+Qué+ A Quién. Eso es lo que normalmente se llama sujeto (quién), verbo, complemento directo (que) y complemento indirecto ( a quién). Cuantro elementos que forman la oración esencial, o esencia de la idea y que deben ir en ese orden para alcanzar la máxima claridad. El núcleo de la oración es el verbo. Es lo infaltable. Las pregutnas quién, qué y a quién se refieren a ese núcleo.

Más puntos y menos comas

Una consecuencia que inmediatamente se advierte al escribir las nuevas versiones es que estas quedan con menos comas y más puntos. Hubiera podido deciar al comienzo de estas recomendaciones que la manera de mejorar la posibilidad de lectura de un texto es esa: que haya menos comas y más puntos. Entonces, le hubiera indicado el camino para lograrlo, que no es otro que el que ya estamos recorriendo, convertir una oración larga en varias oraciones cortas.

Textos legales

En mi experiencia, he descubierto que son los textos legales lo que más alto índice de nebulosidad alcanzan. Y reitero, se trata de piezas magníficas. El problema es que justamente es ese próposito de explicar y explicar, se llena de incisos el texto a tal punto que la esencia naufraga en un mar de explicaciones.

Voz activa

Otra de las condiciones que hace más fácil la lectura de un texto es que las oraciones estén escritas en voz activa. La voz activa es la del esquema explicado anteriormente, la voz pasiva, es la que toma el qué y lo convierte en quién. Un ejemplo es:

Voz activa: Juan lee un libro de política internacional.

Voz pasiva: Un libro de política internacional es leído por Juan.

Como usted ve, una primera difernecia que salta a la vista es la longitud de las oraciones. En voz pasiva son más extensas que en voz activa. La voz activa permite escribir primero el agente de la acción, lo que se llama sujeto activo, después el verbo del destinario, sujero pasivo u objeto, y ese orden es más claro y lógico que el contrario, donde el sujeto pasivo u objero parece ser el agente de la acción cuando no lo es. Además, este orden, la voz activa, es el más natural en nuestro idioma, a diferencia del inglés, que suele favorecel el de la voz pasiva.

Es especialmente importante que lo traductores, al encontrar un expresion en inglés en voz pasiva conviene pasarla en la traducción a español en voz activa.

La forma impersonal

Quizá la forma más habitual en escritos empresariales es la impersonal. La forma impersonal es aquella en la que no hay un quién, no se trata de oraciones con un sujeto tácito, donde se sobreentiende quien envia el mensaje. Se trata de oraciones sin sujeto, lo que es propio de verbos impersonales. como los atmosféricos amaneció, está lloviendo, va a nevar, solo que estos verbos no son impersonales por sí mismo sono que se les da esa forma para establecer distancias con el lector o dar una supuesta formalidad al texto.

La forma impersonal se hace generalmente con el pronombre se, que en este casi no es el reflexivo de la persona: María se fue, se perdieron los niños, sino el pronombre que indica que no hay sujero en la oración o actor en el verbo Se avisa que el plazo para la entrega de propuestas vence el próximo viernes 10 de enero a las 17 horas.

Estas manida forma impersonal de memorandos, oficios y cartas de negoscios es antipática para el lector, es decir, para el cliente, pues la comunicación la hace una misteriosa dependencia de la empresa. Otro campo en el que se abusa de las oraciones impersonales es el de la información perdiodística. Los manuales de redacción y ética de las diversas agencias de noticias y demás medios informaticos insisten a los redactores en la necesidade de dar a cada verbo un quién en la noticia: Estatal Petrolera sube precio de gasolina, exportadores esperan caída de dólar, banda extorsionista secuetró a Pedro Pérez.

Es verdad que no siempre se tiene todos los datos para saber quén hace o deshace cada cosa, pero también es verdad que muchas veces lo impersonal oculta intencionalmente parte clave de la información. Ese estilo no solo es inconveniente sino absurdo, cuando se compara con la forma habitual de comunicar nuestras udeas, necesidades e inquietudes.



Esta página me parecio de gran interés ya que involucra tanto la escritura como los blogs.

http://www.eduteka.org/Weblogs2.php